Las Aguas Residuales y sus Consecuencias en el Perú
Las Aguas Residuales y sus Consecuencias en el Perú
La contaminación del agua ocurre
a niveles primario, secundario y terciario de las fuentes de agua. Las
sustancias que contaminan el agua son orgánicas e inorgánicas. En todos los
casos, la contaminación del agua pone a la Salud Pública en peligro, de acuerdo
a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una preocupación es la
contaminación del agua, que proviene de la presencia de altos niveles de
arsénico inorgánico, plomo y cadmio por las consecuencias negativas tales como
cáncer, diabetes mellitus, y enfermedades cardiovasculares. En el caso de los
distritos de Lima, La Oroya y Juliaca, el rango de la concentración de arsénico
inorgánico fue de 13 a 193 microgramos por litro para las aguas subterráneas y
superficiales, más alto que el límite de 10 microgramos por litro según lo
recomendado por la OMS.
En Perú, como en la mayoría de
países, tenemos dos panoramas frente al tratamiento de agua residual. Las aguas
residuales domésticas o industriales que van al alcantarillado, y, las aguas
residuales que debe tratar cada empresa privada o pública, bajo su
responsabilidad y cumpliendo los estándares indicados por la ley nacional.
Esta problemática es mundial y
según información oficial de la ONU, el 80 % de las aguas residuales mundiales
no se descontaminan antes de su vertimiento o rehúso, lo que ocasiona, no sólo
la contaminación de la flora y fauna, sino, enfermedades y muertes prematuras
que cuestan anualmente varios cientos de miles de millones al PBI del planeta,
pero, por un momento, veamos cómo va el tema en Perú.
Las entidades reguladoras en
Perú, encargadas de supervisar el cumplimiento de los decretos supremos
relacionados al tratamiento de agua residual, por ejemplo, la OS090, la OS037,
además de, el cumplimiento de los Límites Máximos Permisibles y de los valores
de ECA a los que se compromete cada empresa privada o pública, cuando solicita
un permiso para -según el ECA que desea alcanzar- realizar vertimiento, riego o
rehúso del agua efluente; cumplen con su trabajo de forma exhaustiva, pero, la
obligación de cumplir con estas normativas no debería sólo responder al hecho
de evitar una multa, sino, a una concientización y respeto por el medio
ambiente.
Encontramos a lo largo del país,
N plantas de tratamiento de agua residual que no funcionan de forma correcta;
que han sido sobre dimensionadas y que no son eficientes; que cuentan con una
tecnología no recomendada para el clima en el que han sido instaladas; que son
módulos importados que no necesariamente tienen que funcionar en la realidad
peruana; y, así, podríamos enumerar muchas situaciones que, donde aparentemente
el interés económico de la empresa privada o la falta de profesionalismo de las
empresas instaladoras, hace que existan plantas abandonadas, o, peor aún,
usadas pero cuya agua termina en un río o laguna, sin ningún tipo de
fiscalización.
Aguas residuales domésticas o urbanas
Este tipo de agua residual es la
que nos viene primero a la cabeza cuando pensamos en ella, ya que se trata de
un tipo de agua residual con el que estamos en contacto todos los días. Este
tipo de agua residual es el resultado del uso del agua en las viviendas y
núcleos urbanos, donde también se concentran gran cantidad de comercios o
lugares de trabajo. Se trata de un agua residual que es especialmente alta en
contaminantes orgánicos y sólidos sedimentables, así como en bacterias. Se
trata del agua que desechamos cuando tiramos de la cadena del inodoro, cuando nos
duchamos, cuando usamos el fregadero de la cocina o, incluso, del agua de las
piscinas.
Aguas residuales industriales
Este tipo de agua residual es el
que resulta de los procesos que se llevan a cabo en el sector secundario de la
economía, es decir, el referido a las actividades industriales. Aquí se incluye
el agua que se desecha desde las fábricas, a las plantas de producción
energética o cualquier otra actividad que esté destinada a la fabricación de
productos consumibles o productos manufactureros. Este tipo de agua residual se
caracteriza por contener un elevado nivel de componentes contaminantes del tipo
de metales pesados, entre los que se encontrarían el plomo, el níquel, el
cobre, el mercurio, o el cadmio entre muchos otros. Así mismo, también se trata
de aguas residuales que contienen cantidades ingentes de elementos químicos
artificiales de una variedad amplísima.
Aguas residuales de la agricultura y ganadería
Este tipo de aguas residuales son
menos frecuentes en la agricultura, ya que la mayor parte de ella se utiliza
para el regadío, aunque sí que es cierto que, algunos cultivos, así como
actividades destinadas al tratamiento de ciertos productos agrícolas, hacen uso
de abundante agua y producen aguas residuales.
Sin embargo, la inmensa mayoría de
las aguas residuales del sector primario proviene de la ganadería,
especialmente de la ganadería intensiva. Estas aguas contienen elevados niveles
de contaminantes derivados tanto de ciertos productos químicos que se usan para
criar al ganado como, especialmente, los que se derivan de los purines de los
animales, es decir los desechos fecales y los orines de los animales que
permanecen en estabulación. Estos contaminantes son muy peligrosos, ya que
pueden afectar a la fertilidad de los suelos, llegando a poder convertir un
suelo fértil, en un completo páramo debido a la toxicidad y la saturación de
las partículas fecales que contienen.
Aguas residuales derivadas de la lluvia ácida
La lluvia ácida es un tipo de
agua residual suele pasar inadvertida para la mayoría de las personas. A pesar
de ello, constituye un verdadero ejemplo de agua residual generada por la
acción que el ser humano tiene en la atmósfera. Este tipo de agua residual se
produce por efecto de la lluvia al arrastrar los contaminantes presentes en la
atmósfera, especialmente en los núcleos urbanos, que llegan al suelo y lo
contaminan. La mayor parte de esta agua, al tener lugar en las ciudades, terminan
en el alcantarillado público, donde se unen con las aguas residuales domésticas
o urbanas.
Efectos del uso de aguas residuales
- La falta del previo tratamiento de aguas residuales puede causar daños en el ambiente y en el ser humano, provocando enfermedades y hasta la muerte.
- Malos olores y sabores a consecuencia de la diversidad de sustancias y productos de la descomposición.
- Por sus componentes tóxicos pueden provocar efectos letales (muerte por envenenamiento directo), subletales (pueden afectar al crecimiento, reproducción o actividad de los organismos), agudos: causan un efecto (en corto plazo), crónicos (a largo plazo) y acumulativos (incremento el efecto).
- El agua que está contaminada por aguas residuales puede provocar la propagación de enfermedades al ser bebida o consumida a través de las hortalizas regadas con estas aguas.
- Generan problemas ecológicos y sanitarios. Desaparición de la biodiversidad y los ecosistemas acuáticos.
- Las aguas residuales industriales, al ser vertidas en los ríos, lagos y mares, aumentan su temperatura, afectando a los organismos acuáticos y posteriormente la eliminación de las especies.
La situación de las aguas residuales en Lima
El agua que se elimina después de
lavar los alimentos, de ducharnos o de limpiar nuestros pisos recibe el nombre
de “aguas residuales domésticas”. Las aguas residuales que provienen de los
procesos productivos, como la minería, la agroindustria, la energética, reciben
el nombre de “aguas residuales industriales”.
La respuesta a la pregunta
inicial será siempre la misma: terminarán en cuerpos receptores (ríos, lagos,
quebradas secas o el mar). Quizás algunas lleguen después que otras por el
tratamiento previo que deben recibir para cumplir con ciertos estándares de
calidad ambiental (ECA), pero al final todas terminarán allí. Hay que tener en
cuenta que no todas las aguas residuales son vertidas a la red de
alcantarillado y, asimismo, no todas las aguas residuales de la red de
alcantarillado reciben un tratamiento.
Según datos del Instituto
Nacional de Estadística e Informática (INEI) en el 2014, en Lima Metropolitana
se generaban diariamente 1’202,286 m3 de aguas residuales, de las cuales solo
se trataba el 21.2%. Y para ese año en Lima Metropolitana existían 43 plantas
de tratamiento de aguas residuales (PTAR), 21 de ellas administradas por
Sedapal, 8 por municipalidades distritales y el resto por otros, como
universidades, colegios, clubes, etc.
Esta cifra es alarmante, el
déficit de tratamiento de aguas residuales se debe a que la infraestructura de
las PTAR es insuficiente para los volúmenes diarios generados. Lo que causa la
contaminación de los cuerpos de agua natural, ya sean superficiales o
subterráneos, además de la formación de focos infecciosos y generación de malos
olores.
Entonces, si sabemos que de toda
el agua que se va por nuestros sumideros solo aproximadamente el 20% recibe un
tratamiento adecuado, ¿cuáles son las acciones que podemos adoptar nosotros
como usuarios para contribuir en la preservación de los cuerpos receptores?
Aquí presentamos algunos consejos de fácil aplicación en casa:
- Retirar los restos de alimentos que quedan en los utensilios de cocina antes de lavarlos, ya que se necesitará mayor cantidad de oxígeno para lograr la descomposición de estos residuos, lo que provoca el aumento del pará- metro de la demanda bioquímica de oxígeno (DBO), que indica el agotamiento del oxígeno que necesitan los organismos acuáticos para desarrollarse naturalmente en un cuerpo de agua.
- No excedernos en el uso de detergentes, lavaplatos o productos para la limpieza de los inodoros.
- Eliminar las colillas de cigarro en el tacho de basura y no por los sumideros.
- No verter los restos de aceite líquido después de freír, podemos almacenarlos en una botella y luego llevarlos a un centro de reciclaje.
- Retirar, con un papel toalla, el exceso de grasa de los utensilios de cocina antes de lavarlos. Es simple, no necesitamos tener una PTAR en nuestras casas para reducir la contaminación del agua que usamos, todo queda en nuestras manos.
bien.
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